Para muchos votantes catalanes es preferible utilizar las elecciones del 27 de septiembre para mostrar a los gobernantes de la pasada legislatura el desacuerdo para con sus políticas económicas y sociales.
Afortunadamente, en Catalunya no faltan las opciones políticas que optan por tener en cuenta estos parámetros, tanto en el ámbito autonómico como estatal. De entre estas, las dos que más claramente se desmarcan de las políticas de recortes y de los antecedentes de corrupción tenemos a Catalunya sí que es pot y la CUP. La primera como expresión electoral principalmente de Podemos y de Iniciativa per Catalunya (en mi opinión, en menor medida).
Con el objeto de clarificar mi posición ante ambos movimientos, me gustaría hacer un ejercicio parecido al de los cuadernos de verano en el que aparecían imágenes similares con pequeñas diferencias y buscar las siete diferencias de ambas candidaturas.
1. En primer lugar podríamos comentar que la CUP existe des de hace muchos años. Tiene presencia en los municipios catalanes des de las elecciones municipales de 2003, cómo mínimo. Por el contrario, Podemos tan solo existe des del año pasado.
2. Si nos vamos a aspectos como la presencia mediática, mientras Podemos basa su conocimiento social en la presencia en tertulias de televisiones comerciales, la CUP debe su conocimiento al “día a día” en los ayuntamientos y, en el último periodo, al trabajo de sus primeros parlamentarios.
3. En tercer lugar podríamos comentar aspectos como su código ético. Mientras que en el caso de la CUP el político más bien valorado del momento, David Fernández, ha optado por no presentar-se tras tan solo dos años de presencia en el Parlament, en el entorno de la otra candidatura aunque sí se ha producido un relevo de algunos candidatos, parece que la longevidad de sus líderes es mucho más parecida a la de los partidos clásicos.
4. Otro aspecto a destacar es la forma de elegir a su cabeza de lista. Mientras que en Catalunya con Catalunya sí que es pot hemos vivido una situación de suspense y un baile de nombres sistemático hasta dar con un candidato aceptado por todos los partidos y al que no le diera vértigo la aventura, en la CUP se ha producido un proceso de elección con la participación de las bases en todo momento.
5. En quinto lugar podríamos hablar de la motivación política en estas elecciones. Mientras que para la CUP lo que está en juego es el futuro de Catalunya, para Catalunya Sí que es pot estas elecciones son tan solo la antesala de las que viviremos en el ámbito estatal.
6. Otro aspecto a destacar sería la aceptación del momento presente cómo un punto y a aparte en la historia de nuestro país o no. Mientras que para la CUP, éstas constituyen un plebiscito en relación a la posibilidad de que Catalunya ejerza su derecho a la autodeterminación, al contrario este aspecto es negado constantemente desde Catalunya sí que es pot.
7. La séptima diferencia es la más clara. Mientras la CUP apuesta claramente por la independencia de Catalunya, en Catalunya sí que es pot, como diríamos en catalán, “el més calent està a l’aigüera”. A pesar de algunas aseveraciones, como las de su cabeza de lista, parece claro que la influencia de podemos y la cercanía de las elecciones españolas van a secuestrar la toma de decisión a no ser que ya esté tomada en sentido contrario.
En conclusión, aquellos a quienes les cueste votar a una candidatura con la presencia de Artur Mas, si en el ámbito nacional no quieren llevarse sorpresas tienen una opción clara que creo que no les defraudarà.
Antoni Rifà Ros
HGxI
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